Nació en Caracas el 17 de agosto de 1923.
Pintor y diseñador. Hijo del químico Carlos Eduardo Cruz y Mariana Diez. En 1940 se inscribe
en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas, donde fue alumno de Marcos Castillo, Luis
Alfredo López Méndez y Juan Vicente Fabbiani, entre otros. Durante su época estudiantil
colaboró con viñetas humorísticas para el diario La Esfera y la revista infantil Tricolor. En 1942
abandona la carrera de arte puro y continúa estudiando para profesor de artes manuales y
artes aplicadas, carrera que concluye en 1945. En 1944 trabaja como diseñador gráfico de
publicaciones de la Creole Petroleum Corporation. En 1945 se incorpora al equipo docente de
la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas, actividad que desempeña hasta 1955. Fue director
creativo de la agencia McCann-Erickson Advertising de Venezuela (1946-1951). En 1947 viaja
a Nueva York, donde realiza cursos de arte y publicidad. Su producción pictórica de estos años
se desarrolla en la línea del realismo social. En esa época formó parte del Taller Libre de Arte
de Caracas. Entre 1953 y 1955 ejerce como ilustrador del diario El Nacional y publicaciones
como la revista Momento y Rojo y Negro. En 1954 comienza a interesarse por las corrientes
abstractas y realiza una serie de proyectos para murales exteriores con elementos geométricos
coloreados, algunos manipulables. Presenta estos proyectos en el XV Salón Oficial (1954),
los cuales producen comentarios de sorpresa por su «conversión a la abstracción». Un año
después viaja a El Masnou y a Barcelona (España), visita París y ve por primera vez los
trabajos de Jesús Soto en una exposición cinética en la Galería Denise René. A partir de esa
experiencia desarrolla, entre 1956 y 1957, las series Objetos rítmicos móviles, Signos rítmicos
dinámicos y Construcciones en cadena, obras en las que indaga el problema del movimiento
consecutivo, resalta su preocupación por las relaciones entre forma y color, así como por la
animación de la superficie pictórica producida por el contraste y la disposición del diseño sobre
el plano. Estas obras fueron exhibidas por primera vez en la Galería Buchholz (Madrid, 1956).
En 1957 regresa a Venezuela y crea el Estudio de Artes Visuales dedicado a las artes
gráficas y el diseño industrial. Se desempeña como diseñador gráfico en el departamento de
publicaciones del ME, diseñador de la revista El Disco Anaranjado y director adjunto y profesor
de pintura de la Escuela Cristóbal Rojas (1958-1960). Enseña además tipografía y diseño
en la Facultad de Periodismo de la UCV. A partir de 1959 se hace cada vez más notorio el
interés del artista por los fenómenos cinéticos y cromáticos. De este año data Amarillo aditivo,
y empieza a desarrollar en sus obras el principio de los colores ópticos. Asimismo, realiza su
primera Fisicromía, término introducido por el artista, derivado de la expresión «cromatismo
físico». A partir de las primeras Fisicromías, Cruz-Diez introducirá modificaciones cromáticas y
técnicas que lo conducirán a ampliar el formato de las obras, hecho que le permitió integrarlas
a espacios arquitectónicos.
En 1960, después de exponer en el MBA, cierra su taller en Caracas y se establece en París,
donde descubre el principio del color sustractivo e investiga nuevos conceptos plásticos que se
basan en los efectos ópticos generados por el color en sus obras. Algunos de estos
planteamientos los aborda en las series Inducción cromática (idea introducida en 1963, basada
en el efecto de persistencia del color en la retina) y en Cromo-interferencias (concepto
incorporado a partir de 1964 que consiste en lograr transformaciones tonales por medio de la
superposición de tramas de colores fijos y móviles en estructuras realizadas con plexiglás y
ejes rotatorios). En 1965 es designado miembro consejero del Centro Cultural Noroit (Arras,
Francia), actividad que desarrolla hasta la actualidad. Ese año inicia sus cámaras de
descondicionamiento sensorial que producirán más adelante sus Laberintos de
cromosaturación (1969), especies de casetas urbanas donde experimenta saturaciones
cromáticas en el espectador que las recorre. En 1967 es premiado en la IX Bienal de São
Paulo y regresa por breve tiempo a Venezuela por invitación del Inciba. A partir de este
momento, Cruz-Diez realiza innumerables proyectos de ambientaciones cromáticas, integrando
sus obras a la arquitectura o al urbanismo, como la Transcromía para la puerta de la Torre
Phelps (Caracas). En 1968 diseña Cromoscopios, que alteraban en un visor la percepción de
los colores, y trabajó en la restauración de los vitrales de la Basílica de Santa Teresa
(Caracas). Fue profesor de técnicas cinéticas en la Universidad de La Sorbona (París, 1972-
1980). Durante ese tiempo es designado jurado en el Salón de Vitry-sur-Seine (Francia). En
1974 realiza una ambientación cromática para el hall central del Aeropuerto Internacional
Simón Bolívar (Maiquetía, Edo. Vargas). En 1975 inicia sus Cromoprismas aleatorios y, dentro
del programa «El artista y la ciudad», organizado por la Gobernación del Distrito Federal,
presenta una serie de intervenciones urbanas: pinturas de autobuses y aceras, pasos
peatonales, proyecciones de colores en el cielo y murales colectivos. En 1976 realiza
Ambientes cromointerferentes y Cromoprismas espaciales.
En 1980 presenta la muestra «Didáctica y dialéctica del color» en la USB. En 1981, el MACC
organiza la primera retrospectiva de su obra realizada en el país. Al año siguiente, el Museo
de Arte Moderno La Tertulia de Cali (Colombia) celebra sus 25 años de producción y, junto a
la muestra, realiza una serie de intervenciones urbanas en la ciudad, pintando varios pasos
peatonales con obras cinéticas. La misma experiencia se repite en 1985 con los alumnos de
la Escuela de Bellas Artes de Cali y Barranquilla (Colombia). Al año siguiente es nombrado
Director de la Unidad de Arte del IDEA. En 1989 realiza una intervención cromática para
Marsella (Francia), consistente en pasos peatonales en diferentes avenidas, Inducción
cromática para un autobús público y Cromoestructura espacial (18 globos inflados, cada
una con 3 colas de 100 m de largo, iluminadas por proyectores de color). En 1991 realiza
una serie de pasos peatonales en la Plaza La Castellana (Caracas). En 1995, en el marco
de la exposición «Otero, Soto, Cruz-Diez. Tres maestros del abstraccionismo en Venezuela
y su proyección internacional» (GAN) eleva al cielo caraqueño, en la Plaza de los Museos,
su Cúpula virtual efímera (3.000 globos y papagayos). Este mismo año instala El laberinto
cromovegetal (USB), jardín concebido como una estructura plástica, donde los colores, en
lugar de estar aplicados con pigmentos de emulsión, son generados por plantas y flores que
se van modificando naturalmente. En 1997 es nombrado presidente vitalicio y miembro del
Consejo Superior del Museo Cruz-Diez, creado ese mismo año.
De su obra se han realizado varios documentales, entre ellos: Fisicromías y Fisicromías II
(Ángel Hurtado, 1960 y 1967), Cruz-Diez, el ilusionista del color (Manuel de Pedro, 1978) y
Le Vénézuéla par Cruz-Diez (Dirección de la Comunicación del Servicio Audiovisual, París).
Entre las múltiples muestras colectivas en las que ha participado destacan: «1661-1961:
pintura venezolana» (MBA, 1960), XXXI Bienal de Venecia (1962), «First Festival of Modern
Art from Latin America» (Galería Signals, Londres, 1964), VIII Bienal de São Paulo (1965), «De
Mondrian au cinetisme» (Galería Denise René, París, 1967), «Art cinetique et espace» (Museo
de El Havre, Francia, 1968), «Art cinétique» (Chateau de Montbeliard, Francia, 1975), «L’Œil en
action» (Centro Georges Pompidou, 1978), «Trois jours d’art cinétique» (École d’Art de Luminy,
Marsella, Francia, 1981), «Aspects de la peinture contemporaine» (Musée d’Art Moderne,
Troyes, Francia, 1984), «Forty Years of Modern Art 1945-1985» (Tate Gallery, Londres,
1985), «Manifeste, une histoire parallèle 1960-1990» (Centro Georges Pompidou, 1993) y «La
transparence dans l’art du XX siècle» (Musée des Beaux-Arts André Malraux, El Havre, Francia,
1995).
Cruz-Diez es considerado uno de los artistas venezolanos esenciales del siglo XX, su obra ha
abarcado la escala internacional al profundizar una de las investigaciones más importantes
referidas al cinetismo y a las experiencias ópticas. La base fundamental del cinetismo de Cruz-
Diez, como afirmara Alfredo Boulton, «está asociada directamente con el color en relación al
espacio y a la forma. La dimensión, el formato de sus diseños, el patrón lineal de que se vale,
así como los espacios que utiliza, están todos sometidos a un modelo armónico […] cada
valor tiene su sitio, cada emisión óptica tiene el espacio justo que ha de recibirla, cada raya,
cada forma geométrica tiene su correspondiente margen. Todo el diseño es una sola forma
tramada, nunca dejada al azar, que responde a un mecanismo científicamente elaborado para
que encuentre en la visión humana, precisamente, todo lo que Cruz-Diez ha querido hacerle
ver: ‘comprendí que el problema no era mirar sino ver'» (1972). En 1985 recibió la Orden de
las Artes y las Letras de Francia. La GAN posee una importante selección de sus obras que
permiten describir la evolución de su propuesta, entre ellas Formas en el espacio (1953,
acrílico sobre tela), Construcción no 2 (1957, duco sobre madera) y Fisicromía no 222 (1966,
acrílico sobre madera).
OBRAS